miércoles, 7 de enero de 2009

Regalar

Ya se que es poco original hablar de regalos en estas fechas, pero no he podido evitarlo; la inspiración (o los efectos de la medicación, como prefiráis) llega cuando quiere, y cuando esto tiene lugar, hay que saber aprovecharlo.
No voy a hablar del hecho de recibir regalos, sino de algo mucho más gratificante, y que hace que las personas veamos como nuestro nivel de humanidad se ve aumentado: regalar.

Regalar es lo más noble que se puede hacer en esta vida: desprendernos de una parte de nosotros (entiéndase por "parte de nosotros" un billete de veinte euros) para hacer feliz a otra persona, sin recibir nada a cambio (entiéndase “nada” por otro regalo de igual valor o superior)
Aunque regalar no solo significa hacer ese inmenso sacrificio de ofrecer un bien a otro a cambio de nada, sino que el acto de regalar está formado por muchos otros factores, a cada cual más insignificante y estúpido que el anterior, pero que conforman pequeñas piezas de la ya mencionada acción del presente.
Entre estos factores, está el desplazarse para adquirir el regalo, con la misma devoción, o incluso superior, a la que empleamos para comprar cosas a nosotros mismos. En este campo hay que hacer cierto hincapié en el hecho de ir a pie a por el regalo. Si vamos en coche, estamos evitando una fase del sacrificio de regalar tan importante como cualquier otra, un sacrificio que hay que llevar a cabo, aunque ello implique desplazarse más de dos kilómetros a pie hasta el centro de la ciudad. Por supuesto, tampoco conseguiremos realizar el acto de regalar en toda su dimensión si lo compramos a distancia, o valiéndonos de otra persona.
Otro elemento fundamental en el regalo reside en la duda, la comparación, y la decisión. Si compráramos lo primero que se nos cruzara por delante, además de revalorizar de manera escandalosa los locales de las entradas de los centros comerciales, o las tiendas de la esquinas de las calles, estaríamos perdiéndonos otra etapa más del proceso del regalo. Debemos vagabundear por distintos lugares, dudar entre diversos productos, desgastar por completo la suela de las zapatillas (es importante que el desgaste sea similar en ambas, para evitar posibles problemas futuros) y valernos de todos nuestros conocimientos sobre el destinatario del presente para elegir el más acorde con su persona.
Aquí debo abrir un pequeño paréntesis para dedicar unas líneas a los regalos interesados. Dichos regalos son aquellos que se hacen no pensando en la persona a quien se le va a regalar, sino pensando en uno mismo. Son objetos de varios usos, tales como libros, o juegos de ordenador, que regalamos con la intención oculta de que, una vez el destinatario haya acabado con ellos, el objeto llegue a nuestras manos, creando así la trampa de regalarse algo a uno mismo a través de otra persona.
Una vez elegido el regalo, en función de los gustos de la persona a quien va destinado, y de los nuestros propios, tenemos por delante el último nivel del proceso del regalo: envolverlo. Y, por supuesto, no sería un regalo, si para envolverlo no hemos tenido que pasar antes un mínimo de diez minutos para empapelarlo con nuestras propias manos, tras varios metros de papel desperdiciado en intentos anteriores, o un equivalente de un cuarto de hora por regalo en la cola del mostrador del hipermercado donde envuelven los regalos.

Y, por supuesto, la cúspide del proceso de regalar; ningún regalo sería un regalo sin la sonrisa falsa, y la manifestación, pobremente disimulada, de incomodidad interior de tu suegra al desenvolver un frasco de colonia barata, que tiene asignada la papelera o, en su defecto, el botiquín, desde unos segundos antes de ser desenvuelta, o la mirada de extrañeza de tu cuñada al recibir tu nueva maquinilla de afeitar, la cual ya sabes que acabará en el cajón de tu cuarto de baño, con la tarjeta de "para María, con mucho cariño" todavía colgando de la caja.

Sin embargo, los mejores regalos que puede recibir un Blogger (o como se llamen esos tíos que hacen blogs) son los comentarios


¿Cinco? Uau, ya van cinco entradas. Ya he sobrepasado el umbral psicológico en el que el número de entradas duplica al de comentarios. Venga, a ver si puedo conseguir el triple.

3 comentarios:

  1. No lances retos tan a la ligera, no sea cosa de que te crezcan los comentaristas y tengas que escribir (5x)+1 entradas.

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  2. Hola

    Haber si es verdad eso que aguantas por los primeros dias actualizas mucho luego va bando el nivel, lo dijo por experiencia. Tambien queria decir una cosa , pobres de tus hijos cuando reciban regalos de un heavy, que les haras deja gitarras electricas en vez de calcetines. Tus hijos creceran traumatizados por ser los únicos diferentes.

    Bueno adios que prometo pasarme más adelante

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  3. A tu lado mi s actualizaciones son pobres e insípidas... Después de leer esto se le quitan a una las ganas de comerse la cabeza pensando el tema que va a tratar en su blog xD Me encanta, enserio :)

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