lunes, 6 de septiembre de 2010

Vuelta a Casa


Aquel había sido sin duda un verano extraño. El escritor llegó a su casa, y tuvo que rebuscar en lo más profundo de la maleta para encontrar la llave que abría la puerta. estaba doblada y oxidada; la falta de uso habían hecho estragos en la pequeña pieza metálica. El picaporte parecía resistirse a la entrada de la llave, y la puerta parecía sellada, hinchada por el calor soportado, aunque finalmente, recordó como era aquello de abrirse.
El escritor entró en la que durante lo que los mortales llaman el año lectivo había sido su casa, aunque cada vez en menor medida. El abandono había comenzado a hacerse ver antes del comienzo del calor, y ahora era el dueño absoluto de aquel espacio. Toda la casa olía a cerrada, a ropa apolillada, humedad y excrementos de pequeños animales que sin duda pulularían a sus anchas por aquel piso, sin ser estorbados por nadie. El escritor dejó la maleta junto al mueble de la entrada, que pareció adoptar un aura hostil hacia aquel objeto que se había convertido ya en extraño. Avanzó por el pasillo, y accionó el interruptor de la luz, para comprobar que una de las dos bombillas del pasillo no funcionaba, seguramente por el desgaste sufrido a causa del desuso.
Quedaba pues el escritor plantado en el pasillo de su casa, con una bombilla cubierta de polvo arrojando una trémula luz sobre su cabeza, y la parte más alejada del pasillo cubierta por unas tinieblas que bien podrían esconder alguna otra sorpresa que por allí ya sería más habitual que él mismo. Avanzó hacia el pasillo oscuro, confiado en que la abandonada vivienda no hubiera dejado entrar todavía a ningún inquilino inesperado, y aferró la cinta que tenía que hacer que la persiana de la ventana del pasillo se alzara con el traqueteo propio de las persianas al subir. Estiró la cinta hacia arriba, y l persiana se alzó un par de dedos, lo suficiente para dejar entrar un haz de luz que iluminó por un momento la pared del lado contrario, para después caer son un sonoro golpe, típico de una persiana al romperse, y provocar que la apertura que había estado antes en la parte inferior de la persiana se desplazara ahora hacia el extremos superior, arrojando un haz de luz sobre el pasillo.
Cuando el polvo levantado por la rotura de la persiana se estaba aposentando, el escritor creyó percibir un movimiento en el fondo del pasillo, allí donde se abría la puerta de su habitación.
En ese momento, un escalofrío le heló la sangre, empezando por el corazón, y recorriéndolo hasta el capilar más diminuto de los dedos de las manos.
El escritor acababa de recordar qué había dejado en su habitación tras su marcha.
A quien.
De nuevo un movimiento, y la oscuridad del fondo del pasillo fue interrumpida por la forma de un objeto que rodaba por el suelo hacia él. Un cuenco negro de plástico que giró ante él hasta caer sobre su base, limpio y vacío, pero con los bordes repletos de marcas que revelaban que unos dientes se habían clavado no pocas veces en él. En un lateral del cuenco, todavía se conservaban unas letras blancas que se entrelazaban formando la palabra:
- Charco
La inscripción del cuenco se materializó en sonido a través de la boca del escritor, que pronunció este nombre dirigiéndose a la oscuridad que inundaba el extremo del pasillo, no muy seguro de querer que ésta le respondiera. Avanzó un pie hacia delante, y retrocedió con el otro, indeciso. Se aferró con una mano al marco de la ventana, mientras alargaba la otra hacia delante, y mientras con un ojo escudriñaba en la oscuridad, con el otro no perdía de vista la puerta abierta que daba a la escalera, detrás suya. Fue esta indecisión la que lo paralizó cuando la criatura emergió de la oscuridad.
SU criatura.
Estaba muy demacrada, con el pelo lacio y los ojos inyectados en sangre, brillantes con el reflejo del haz de luz que entraba por la persiana rota. El cuerpo, esquelético, se encorvaba, deseoso de saltar encima de él en cualquier momento.
- No...- el escritor balbuceó una única expresión de negación, en una mezcla de justificación y disculpa
- Me abandonaste- la criatura murmuró con una voz gutural una acusación que hizo que el escritor comenzara a retroceder.
- No... - el escritor comenzaba a sudar, presa del miedo y la apresurada búsqueda que su mente hacía de una explicación que calmara a la bestia. Algo en su interior le decía que la hostilidad de lo que en otro día había sido un fiel reflejo de él mismo podía poner en peligro su propia vida.
- Tuve Hambre - ahora la criatura parecía suplicar en lugar de acusar, pero no perdía su aspecto amenazador. Su espalda se encorvaban, y sus brazos gesticulaban como garras, intentando acercarse al escritor - sin tus recuerdos, tus pensamientos y tus experiencias, no encontré nada de lo que alimentarme - su voz se quebraba, al tiempo que se acercaba cada vez más a su creador. - Tuve que alimentarme con lo que dejaste por aquí, pero no conseguí saciarme, y comencé a desesperar. Busqué alimento en tus viejos cuadernos, en tus apuntes, incluso en lo que alguna vez no habías llegado a poner en mi cuenco, y habías reservado para otra ocasión, pero incluso con eso, seguía pasando un hambre que me devoraba las entrañas, y hacía que me desgastara...
La espalda del escritor se topó con la puerta, ahora cerrada, de la escalera, y sus manos buscaron nerviosas el picaporte, sin que sus ojos pudieran apartar la mirada de la criatura.
- ... Pronto comencé a pensar que podría alimentarme por mi mismo. Con mis propios pensamientos, con mis sueños. Me habías enseñado lo suficiente como para desarrollar mis propias ideas, y eso me daba esperanzas. Pero mis manos no pueden llenar mi propio cuenco, y eso me hacía enloquecer. Tener con qué alimentarme, pero no tener a quien debía darme de comer era algo insoportable.
Las manos del escritor encontraron el picaporte, y intentaron abrirlo, pero éste cayó al suelo, rodando con un característico tintinear metálico, que provocó la desesperación del escritor.
- No, escritor, no puedes huir. Necesito que llenes el cuenco, y no te irás de aquí hasta que esté a rebosar de mis propias historias. Ya no quiero tus pensamientos, ni tus recuerdos, escritor. Tan solo necesito tus manos, para que puedas alimentarme con lo que yo mismo he producido. No se lo que habrás hecho todo este tiempo. Seguro que ha sido muy emocionante. Tiene que serlo, para haberme abandonado de ésta manera. Pero ya nunca más, escritor, ya nunca más.
La espalda del escritor resbaló por la puerta, ya no tenía fuerzas, aterrorizado por la visión y las palabras de su criatura. Quedó sentado en el suelo, y antes de desmayarse, tan solo pudo balbucear de nuevo una palabra:
- Charco.
La criatura lo miró con una sonrisa.
- Nunca supe por qué me pusiste ese nombre. Aunque supongo que tampoco tú lo sabrás. La gente le pone nombres raros a sus blogs, que acaban convirtiéndose en mudas peticiones de auxilio cuando los abandonan, en nombres cuya existencia no quieren recordar.

lunes, 28 de junio de 2010

Por fin, en la gran pantalla

El pasado Jueves día 24 de Junio, estrenábamos en el centro Urban de Castellón, nuestra superproducción de 50 minutos, que tantos males de cabeza nos ha traído. Todavía recuerdo el post, en el que poco o nada avanzaba de la naturaleza del proyecto. Como dije en el discurso del estreno, La Celestina nace de una de esas palabras mágicas que nos condenan a tener que hacer algo. No estoy hablando de la legendaria "no hay huevos", sino de su prima, algo más reservada a las paridas "va". En concreto fue:
- Podríamos hacer una peli de La Celestina...
- Va
Y empezó.
La verdad es que lo que empezó en ese punto ha sido una de las experiencias más interesantes que hemos llevado a cabo en la vida: La celestina ocupaba nuestras mentes fuera y dentro de los rodajes. Los días entre semana planificábamos donde y cuando íbamos a grabar la próxima escena, buscábamos todo lo que nos hiciera falta, convencíamos a miembros remolones del equipo, y finalmente quedábamos: bueno, el viernes a las 8 en tal sitio. ¡Pero a las 8, no a las 9!.
Ah, y traeros el guion aprendido. La verdad es que nunca traíamos el guión aprendido,
y siempre llegábamos a las 9, pero al final, comenzaba un momento bastante esperado durante toda la semana, estresante a la vez que divertido: el rodaje. El director yendo de aquí para allá, el equipo de atrezzo y cámaras soportando al director mandándolos de aquí para allá, los actores aprendiéndose el guión unos mas seriamente que otros, el director eligiendo los planos, el director matizándolos el guion, el director ayudándolos a vestirse...
Pero a pesar del trabajo, a las 2 de la madrugada terminábamos, y lo hacíamos con una sonrisa de satisfacción en la cara, y unas ganas locas de irnos a dormir.
Aunque lo que si que ha sido una verdadera satisfacción ha sido el estreno: ver el fruto de nuestro trabajo tan cerca de nosotros, tan bien realizado, y con una masa de gente aplaudiéndolo fue lo más cercano al orgullo que hemos sentido nunca.
Tal vez el que lo vea no lo sienta, pero dentro de este vídeo hay volcadas muchas risas, lágrimas y sobre todo sudor. Mucho, mucho sudor. En cuanto a algún detalle, perdonadnos, y en cuanto a algún fragmento que se escape a la fidelidad de la obra, para ello ya estaba Rojas. Y nosotros no somos Rojas, somos Celestina Films: http://blip.tv/file/3810028/

martes, 6 de abril de 2010

Todos los caminos llevan a Roma

Roma vino, pasó y se fue aproximadamente en el mismo periodo de tiempo en el que lo había hecho una vez París; sin embargo, algo dentro de nosotros, algo que nos habla en un italiano afrancesado nos dice que no fue lo mismo.


Si pensamos en una semana antes de partir, creo que veremos una sensación que ni de lejos llega a hacerle sombra a lo que sentíamos cuando se acercaba París. Una persona dijo, y lo creo y lo comparto, que tal vez fuera porque aquel fue el primer viaje de EQF como tal, nuestra primera gran semana de convivencia los unos con los otros, después del "Boom" magdalenero del 2009, y nada más y nada menos que en la ciudad del amor. Este viaje, sin embargo, tal vez estuviera marcado por el hecho de que, a pesar de ser a Roma, una capital tan merecedora de ese título como su correspondiente francesa, no dejaba de ser un viaje más, otro de tantos.
El viaje en sí fue una experiencia inolvidable como lo será cualquier viaje que hagamos cualquiera de los que leamos esto con cualquier persona o grupo de personas a las que apreciemos. No obstante, y creo que ahí reside la diferencia, no fue el primero.
Bien alejada de la atmósfera bohemia, romántica y revolucionaria de París, Roma tiene una atmósfera monumental y eclesiástica, una atmósfera de cuna de la civilización, algo derruida ya, y de majestuosidad, arte y barroco. Pizzerias i Gelattos nos recuerdan que estamos en Itlaia, como también lo hacen los conductores suicidas, y los alegres camareros; por la otra parte, una estatua en cada esquina, fuentes, y catedrales enormes y majestuosas salidas de la nada nos recuerdan la proximidad al vaticano, la Santa Sede, y nos hablan de siglos y siglos de esplendor, historia y, como ya he dicho antes, Arte, mucho Arte. Aunque este arte, en contraste con los pintores callejeros de Montmartre, representa una faceta más... digamos "adinerada" o mejor "rica" del arte, cuando aquellos representaban la faceta más proletaria (bonita palabra) del oficio.

Aunque el Tiber parezca hermano gemelo del Sena, y muchas de las estampas de sus riberas y las del colega parisino nos hagan dudar por un momento si nos habremos equivocado de ciudad, hay algo en Roma que la diferencia de París; algo que hasta ahora no había sabido identificar, pero con la que he tropezado por fin: Roma está hecha con piedras de Iglesias, de grandes señores, y de orgullosos pasados, mientras que París se construye con música, adoquines bañados por la lluvia, y paredes que aún resuenan con ecos de disparos, de bastillas, comunas y mayos.
A la vuelta de este viaje, hemos pensado -mi cerebro y yo- si acaso no merecía un post igual de digno nuestra recién conocida amiga la capital de la pasta. La verdad es que cariño le hemos cogido. La verdad es que ha merecido la pena, por supuesto. Pero, lo que le ha faltado a este viaje, lo que lo ha diferenciado de Paris, lo que lo hace distinto, pero no por ello mejor, es, como ya he dicho antes, que éstos cinco dias en Roma, éste viaje que acabamos de hacer, no era, ni será nunca, el primero.
Me despido con éste merecido homenaje de un viaje que no ha sido igual. Aunque, si lo hubiera sido...
menuda mierda, ¿no?

lunes, 22 de marzo de 2010

Sin derecho a quejarte

Actualiza el blog, actualiza el blog, a ver cuando actualizas el blog, ¿por qué no actualizas el blog? papá, ¿puedo actualizar el blog? Señor, ¿por que no actualiza ese blog? Una ctualización de blog, por favor, pero sin mucho azúcar. Y entonces, napoleón actualizó su blog y...
Como se nota de donde salen las exigencias. Gente que por no tener no tiene ni internet, viene por aquí exigiendo. Alguna vez te tengo que hacer ponerte a ti a escribir, a ver que te parece. Si no fuera porque sé que lo haces por el bien de mi dimensión literaria...

Bueno, ya ha pasado un buen tiempo desde la última actualización, justificada (que raro) por la redacción de valenciano, y creo que os debo un post de temática un poco menos... digamos académica. Creo que esta vez me voy a pasar al plano espiritual y os voy a hablar de mi nuevo dios, que bien lejos de ser un ídolo de madera, se trata de esa compleja y siempre sorprendente criatura llamada ser humano.


Siempre había dicho que tenía una fé ciega en el ser humano. Sé que muchos podríais sacar argumentos como para tumbar ésta afirmación y que no se volviera a levantar, pero yo estaba convencido de ella, aunque no sabía muy bien por qué.
El otro día, éste nuevo fenómeno, aún sin explotar que son las redes sociales, dejó caer en mis manos éste video, y con él, la respuesta, o la justificación que andaba buscando. Había algo latente en esa fe en las personas humanas, pero hasta ahora no le había puesto rostro.





Ésto fue lo que ví, un inspirador cortometraje, como lo describe su propio texto de youtube, y un reencuentro con un personaje donde los haya, del que ya había tenido alguna que otra noticia: el canadiense Nick Vujicic.
Mi curiosidad por ésta persona aumentó, y fue entonces cuando topé con el segundo video, una conferencia de las muchas que, al parecer, nuestro amigo Nick se dedica a ofrecer, transmitiendo lo que él mejor que nadie puede transmitir: unas ganas de vivir que no admiten excusa.
La historia de Nick, lejos de quedarse en un simple fenómeno de circo, es un verdadero ejemplo, o debería serlo, para todos aquellos que se ven sin fuerza de hacer algo. Nosotros tal vez, sentados en donde quiera que se siente cada uno de los que lean esto, no seamos conscientes, y esto nos resbale, pero me gustaría que le dedicárais un momento a pensar que, si éste hombre ha sido capaz de llegar hasta donde ha llegado sin brazos ni piernas, ¿Acaso hay algo que nos pueda impedir lograr lo que deseamos? ¿Acaso hay barreras insalvables? ¿o es solo que nos obstinamos en vernos sin piernas ni brazos, que nos ciegan nuestras limitaciones hasta llegar a ocultarnos todo lo que somos capaces de hacer?
Nadie puede hacernos reflexionar sobre ésto mejor que él mismo, y éstos fueron los videos que encontré de su conferencia. No os puedo obligar a verlos, yo mismo he deshechado ver muchas cosas interesantes por no tener ganas. Pero os recomiendo que, cuando tengáis realmente disposición por verlos, os sentéis i los escuchéis detenidamente, pues pueden cambiar vuestra manera de ver el mundo de una manera radical:







Una reflexión que deseaba hace tiempo hacer sobre una historia que me ha quitado el derecho a quejarme, y a decir "no puedo". Y es que, después de ésto, no es que debemos sentirnos motivados, y vernos con capacidad de hacerlo, sino que no tenemos DERECHO a decir que somos incapaces de hacer algo.
Porque, si algo nos ha demostrado NIck es que, para éste complejo animal al que llamamos ser humano, nada es imposible

lunes, 1 de marzo de 2010

Encontre prohibit.

Quan vaig arribar a l’ermita, m’estava esperant. No se per què havia acceptat anar-hi. De fet, amb cada pas que feia em creia més segur de que el següent seria el últim donat en aquella direcció, i el primer de tornada cap arrere. Però mai vaig donar aquell pas.
-Sabia que vindries – em va dir.
-Podries haver-m’ho dit, i m’hauria estalviat tota una nit de dubtes.
El vent havia deixat de bufar a l’exterior. Ell va seure al petit altar de pedra, i va traure un cigarret de la butxaca. Va encendre-lo, i es va quedar mirant a l’horitzó. En les circumstàncies en què ens trobàvem, l’únic horitzó que el destí podia donar a les nostres mirades era la podrida porta de fusta de l’ermita.
-Moltes gràcies per vindre - va dir, al temps que calava el cigarret
-Saps el que ens podrien fer si ens trobaren, ¿no?
-No m’importa el que ens puguin fer. Només estic encara ací perquè tenia l’esperança de tornar a veure’t
-La setmana que ve ens anem, ¿ho saps, no?
-Si. – va fer el cap cap amunt per fer fora el fum – quedeu pocs, maleïda siga. No se com poden estar tan cecs. El front avança, Madrid s’apropa, Espanya es salva. I per tot arreu deixem morts que fa un any cantaven pasodobles amb nosaltres a les festes del mateix poble.
-És la guerra, Miquel. És així.
-Guerra? Això es de bojos! Ens matem els uns als altres. Es aquesta la pàtria que volem? Creia que podria fer-te entrar en raó- va calar, nerviós, i es va tranquil•litzar- No et recordes del poble, Fermin? Fa dos mesos que disparo a l’aire per por a que un d’aquells caps siga el de Josep, el de Fran, el de Tobíes. ¿Et recordes d’ells? Se’ls van emportar els republicans, dos dies abans que a mi se m’emportaren els nacionals. Estic fart, Fermin. Fart de tot això.
Va deixar de fumar, i em va oferir. Jo li ho vaig refusar. Mai havia fumat. No obstant, no vaig poder dir que no a la botella de whisky que va traure a continuació.
-Però ara, deixem les lamentacions per a un altre moment. Es hora de recordar vells temps.
Si volguera recordar la meitat de les coses que vam parlar aquella nit, em seria impossible.
El que mai oblidaré, no obstant, es l’explosió del fusell del meu germà quan vaig abandonar l’ermita, i la seua cara en acomiadar-se de mi per darrera vegada.

Una altra vegada, la redacció de valencià, amagada amb un intent de fer cas a Mireia amb la seua exigència de titols suggerents. ¿Alguna cosa que afegir, en la meua defensa? Efectivament, no sabia que havia que fer-ho sobre la magdalena.

domingo, 14 de febrero de 2010

Ay, capitalismo, capitalismo

Vivir para hacer, hacer para tener, y tener... ¿para qué?

¿Cuándo, exactamente, las conversaciones sobre sexo y chorradas se convierten en debates existenciales sobre los entresijos de este amable y utópico sistema en el que vivimos? ¿Cuándo una panda de adolescentes que deberían estar haciendo botellón comienzan a mirar hacia afuera, sin que nadie se dé cuenta del cambio, y comiencen a utilizar sus cabezas demasiado saturadas de laca y gomina, y horas de sueño no cobradas? Creo que alguien debería preocuparse si la gente comienza a pensar demasiado por su cuenta.
Vivir para hacer en lugar de vivir para tener… básicamente eso; la nueva generación que ha creado la sociedad del bienestar parece tener un solo fin: vivir para conseguir hacer el máximo de cosas posible, para que estas cosas te permitan tener el máximo de cosas posible, es decir, vivir para tener, y cuanto más tengas, mejor. El capitalismo es así: esforzarte, sudar, trabajar, para conseguir que ese trabajo dé frutos. Esta es una de las máximas más bonitas de este sistema nuestro, y hay personas con mucho mérito, que tienen más que tú, porque se han esforzado más que tú. Que viven mucho mejor que tú porque han sufrido mucho más que tú, y eso es el capitalismo: esforzarse para conseguir cosas mediante el mérito personal.
Creo que suprimiremos la parte donde nos preguntamos por la justicia de un sistema que les da a algunos la oportunidad, mientras que se la niega a diez, y permite también que sean los que más sucio jueguen los que más tengan. A la gente no le gusta hablar de eso… no es cómodo pararse a pensar que si hubiéramos nacido unos cuantos kilómetros más al sur, no viviríamos como vivimos, o simplemente no viviríamos. No, eso no mola, no pensemos en ello.
Mejor nos concentramos en la vida enfocada a hacer cosas para tener cosas. Cuantas más cosas tengo, más importante soy, y que me entierren con ellas. Eso es el capitalismo, aunque me suena de algo…
Que me entierren con ellas… ¿y nada más? ¿Sólo eso? Pues vaya, toda la vida currando, tengo una mansión y un mercedes, me muero y ¿qué? ¿El cielo? No, eso no es capitalista, eso es… ¿Cómo se llama esta gente? Ah, si, religioso. No podemos estar seguros de lo que hay detrás de la muerte. De lo único que tenemos la certeza absoluta es de lo que dejamos aquí: un nombre en las esquelas, una lápida y todo lo que nuestro trabajo ha producido. Es lo que acarrea nuestra vida para tener; que en cuanto se acaba, los bienes tienen una vida muy escasa.
Sin embargo, ¿Qué me dices de los hechos? Eso sí que perdura. ¡Y vaya si perdura! Y las palabras, también perduran. Entonces, ¿y si en lugar de vivir para tener, o vivir para hacer cosas que nos permitan tener, no vivimos simplemente para HACER?
Piensa en ello.

jueves, 4 de febrero de 2010

Celestina? Lo veo

Más de un mes sin actualizar el blog merece una excusa a la altura de la situación. Éste mes de enero ha estado bastante ajetreado, y parece que la rutina de constancia y trabajo no ha querido apoderarse de mi hasta bien olvidado el periodo navideño. Esto se traduce en muchos tiempos muertos que dan como resultado una gran producción de NADA. Aunque ésta NADA ha ido cogiendo forma, en forma de listas, planificaciones, guiones, etc. Hasta dar forma a lo que promete ser un interesante proyecto cinematográfico: La Celestina. Después de algunos cameos cinéfilos que alguien bien conoce, llega éste proyecto, diferente a todo lo anterior, con planificación, guiones, exteriores e interiores, vestuarios, etc. Y, como toda gran producción, merece tener un TRAILER que atraiga a la gente al cine a verla. Aquí os dejo un adelanto de lo que va a ser la tarea de los próximos meses, aunque ello no me excuse íntegramente de mis obligaciones como bloguero.
Ah, y por si nadie se ha dado cuenta, éste es mi primer post con VIDEO!