lunes, 30 de abril de 2012

Nos hacemos viejos

Parece mentira la capacidad que tiene la mano invisible que llamamos destino (no es la misma mano invisible que la de Adam Smith) nos hace perdernos en los lugares más insospechados. Fijaos hasta que punto llega esto que he acabado ni más ni menos que aquí, en este blog olvidado y abandonado que más de una vez he pensado en sacrificar. Y sobre todo ahora, que su primo el politizado Puño y Letra copa toda mi producción escrita.
Ultimamente me ha dado por pensar que he madurado, que he dejado atrás una etapa de mi vida, y que el estrés, y la realidad observada en toda su complejidad sociológica y en toda su crueldad real me habían hecho dejar atrás a un yo inmaduro y despreocupado para dejar sitio al nuevo yo.
Sin embargo, revisando los escritos del verano de 2009  en adelante, mi yo de los 16 años se me ha encarado para echar por tierra cualquier acusación de inmadurez. Me he sorprendido a mi mismo con pensamientos mucho más profundos y con un lenguaje mucho más elaborado; en definitiva, a un yo más joven y soñador, menos metido en la realidad aunque interesado por ella.
Ahora, el mundo me tiene secuestradas las ganas, el tiempo y el arte para escribir como lo hacía. No obstante, no tengo ninguna duda de que si mi yo de los 16 viniera a hacerme una visita, solo podría extraer una conclusión:
- ¡Que viejo estás!
Lo siento, uncharcodeirrealidad, y gracias por estar ahi para recordarme lo que un dia fui, y que todavía guardo con cariño, aunque seguro de que no va a volver, o al menos no en la misma forma.
Pero que se le va a hacer, el yo con el que me he encontrado es un yo que, a pesar de tener EQF, SJO, y las Letras, no se había encontrado con 2012, Sociología, la Política, Valencia, el gobierno del PP, los recortes, el paro, el curro, la falta de tiempo, y todo un arsenal de espadas de Damocles que amenazan con descolgarse en cualquier momento y acabar con lo que se daba.
Pero siempre nos quedará el recuerdo de aquella época dorada.

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