domingo, 14 de febrero de 2010

Ay, capitalismo, capitalismo

Vivir para hacer, hacer para tener, y tener... ¿para qué?

¿Cuándo, exactamente, las conversaciones sobre sexo y chorradas se convierten en debates existenciales sobre los entresijos de este amable y utópico sistema en el que vivimos? ¿Cuándo una panda de adolescentes que deberían estar haciendo botellón comienzan a mirar hacia afuera, sin que nadie se dé cuenta del cambio, y comiencen a utilizar sus cabezas demasiado saturadas de laca y gomina, y horas de sueño no cobradas? Creo que alguien debería preocuparse si la gente comienza a pensar demasiado por su cuenta.
Vivir para hacer en lugar de vivir para tener… básicamente eso; la nueva generación que ha creado la sociedad del bienestar parece tener un solo fin: vivir para conseguir hacer el máximo de cosas posible, para que estas cosas te permitan tener el máximo de cosas posible, es decir, vivir para tener, y cuanto más tengas, mejor. El capitalismo es así: esforzarte, sudar, trabajar, para conseguir que ese trabajo dé frutos. Esta es una de las máximas más bonitas de este sistema nuestro, y hay personas con mucho mérito, que tienen más que tú, porque se han esforzado más que tú. Que viven mucho mejor que tú porque han sufrido mucho más que tú, y eso es el capitalismo: esforzarse para conseguir cosas mediante el mérito personal.
Creo que suprimiremos la parte donde nos preguntamos por la justicia de un sistema que les da a algunos la oportunidad, mientras que se la niega a diez, y permite también que sean los que más sucio jueguen los que más tengan. A la gente no le gusta hablar de eso… no es cómodo pararse a pensar que si hubiéramos nacido unos cuantos kilómetros más al sur, no viviríamos como vivimos, o simplemente no viviríamos. No, eso no mola, no pensemos en ello.
Mejor nos concentramos en la vida enfocada a hacer cosas para tener cosas. Cuantas más cosas tengo, más importante soy, y que me entierren con ellas. Eso es el capitalismo, aunque me suena de algo…
Que me entierren con ellas… ¿y nada más? ¿Sólo eso? Pues vaya, toda la vida currando, tengo una mansión y un mercedes, me muero y ¿qué? ¿El cielo? No, eso no es capitalista, eso es… ¿Cómo se llama esta gente? Ah, si, religioso. No podemos estar seguros de lo que hay detrás de la muerte. De lo único que tenemos la certeza absoluta es de lo que dejamos aquí: un nombre en las esquelas, una lápida y todo lo que nuestro trabajo ha producido. Es lo que acarrea nuestra vida para tener; que en cuanto se acaba, los bienes tienen una vida muy escasa.
Sin embargo, ¿Qué me dices de los hechos? Eso sí que perdura. ¡Y vaya si perdura! Y las palabras, también perduran. Entonces, ¿y si en lugar de vivir para tener, o vivir para hacer cosas que nos permitan tener, no vivimos simplemente para HACER?
Piensa en ello.

jueves, 4 de febrero de 2010

Celestina? Lo veo

Más de un mes sin actualizar el blog merece una excusa a la altura de la situación. Éste mes de enero ha estado bastante ajetreado, y parece que la rutina de constancia y trabajo no ha querido apoderarse de mi hasta bien olvidado el periodo navideño. Esto se traduce en muchos tiempos muertos que dan como resultado una gran producción de NADA. Aunque ésta NADA ha ido cogiendo forma, en forma de listas, planificaciones, guiones, etc. Hasta dar forma a lo que promete ser un interesante proyecto cinematográfico: La Celestina. Después de algunos cameos cinéfilos que alguien bien conoce, llega éste proyecto, diferente a todo lo anterior, con planificación, guiones, exteriores e interiores, vestuarios, etc. Y, como toda gran producción, merece tener un TRAILER que atraiga a la gente al cine a verla. Aquí os dejo un adelanto de lo que va a ser la tarea de los próximos meses, aunque ello no me excuse íntegramente de mis obligaciones como bloguero.
Ah, y por si nadie se ha dado cuenta, éste es mi primer post con VIDEO!