Una costumbre bastante arraigada en cuanto a depresiones se refiere es esperar: Esperar a que cruce por delante de ti otro motivo, otro algo que te haga recuperar el entusiasmo. Mucha gente se queda recluida en sus pensamientos, aferrado a su depresión, como si quisiera que todo el mundo se enterara de su estado. Y, es en estos casos, cuando tienen lugar las autenticas depresiones, las que tienen un efecto físico sobre la persona que las hace convertirse en enfermedades.

Y, desde luego, este tipo de depresiones son las que duran más tiempo, pues si la vida tiene que entrar hasta nuestra habitación, abriéndose paso a trompicones entre las barreras que le ponemos, lo tiene bastante difícil, para llegar hasta nosotros, y darnos ese motivo que necesitamos.
En caso de depresión, cuando hemos perdido un motivo para vivir, para permitir que los segundos de nuestra vida sigan contando, lo peor que podemos hacer es recluirnos en nosotros mismos, evitando todo contacto con el exterior, y así impidiendo la entrada de ese aliciente, ese motivo. Lo mejor que se puede hacer (hablando siempre desde mi humilde punto de vista, sin querer parecer un enteradillo) es salir a buscar ese algo, en lugar de esperar a que ese algo nos encuentre a nosotros, ya que, lamentablemente, en estos tiempos hay demasiada gente deprimida, y este tipo de motivos para vivir andan algo atareados.
No me extrañaría que empezaran a hacer listas de espera, como en la seguridad social...
Empezarían a aparecer todo tipo de médicos especializados en depresiones, cuando lo único que hay que necesita alguien con depresión es enfrentarse a la vida...
¿Como?
¿Que ya los hay?
Desde luego, la que está liando Zapatero...
No obstante, lo peor que le puede pasar a una persona es perder su meta, su objetivo, pues entonces toda su vida se tambalea, y a veces no es tan sencillo plantarle cara a un mundo que, para ti, ya no tiene nada de valor.
A veces...
Bueno, entrada de medianoche, con las neuronas en estado de vigilia adormecida, y con consecuencias en forma de reflexiones extrañas del subconsciente.
En ocasiones, en momentos como este, la parte racional se va a dormir, cediendo terreno al subconsciente y lo espiritual,y dejando que los pensamientos mas profundos de la mente se escapen, cuando a cualquier otra hora del dia, los mantendrías bien atados.
En fin, que se le va a hacer...